Pero nosotros nos la imaginamos así:

El anciano se quedó a pasar la noche allí y por la mañana temprano degolló a la pobre e indefensa vaca ante la triste mirada del joven aprendiz. Después se fueron mientras el joven pensaba en cómo sería su vida matando a la única fuente de alimento de una familia de ocho personas.
Un año después de lo sucedido volvieron y se dieron cuenta de que en lugar de esa casucha había una casa grande y reformada. Al principio el joven pensó que la antigua familia se había ido pero despues de llamar a la puerta salió el mismo hombre que el de la familia anterior. Se sorprendió y el padre le relató lo sucedido:
Dijo que después de morirle la vaca limpiaron el terreno de la parte de atrás y empezaron a plantar alimentos. Al cabo de un tiempo pusieron un puesto en el mercado y así lograron reformar la casa.
Moraleja: La moraleja de este cuento es que si no te separas de algo que te mantiene preso y tú no lo sabes, nuca podrás saber de lo que eres capaz.