martes, 25 de enero de 2011

Estamos mejor sin la vaca.

Un viejo maestro paseaba con su aprendiz por unos senderos pobres cuando el anciano le enseñó una casa muy vieja que casi se venía abajo. Su único salvavidas era una vaca débil que les daba la poca leche que tenía, cuando digo débil  me refiero a una vaca como esta:
Pero nosotros nos la imaginamos así:


El anciano se quedó a pasar la noche allí y por la mañana temprano degolló a la pobre e indefensa vaca ante la triste mirada del joven aprendiz. Después se fueron mientras el joven pensaba en cómo sería su vida matando a la única fuente de alimento de una familia de ocho personas.

Un año después de lo sucedido volvieron y se dieron cuenta de que en lugar de esa casucha había una casa grande y reformada. Al principio el joven pensó que la antigua familia se había ido pero despues de llamar a la puerta salió el mismo hombre que el de la familia anterior. Se sorprendió y el padre le relató lo sucedido:

Dijo que después de morirle la vaca limpiaron el terreno de la parte de atrás y empezaron a plantar alimentos. Al cabo  de un tiempo pusieron un puesto en el mercado y así lograron reformar la casa.

Moraleja: La moraleja de este cuento es que si no te separas de algo que te mantiene preso y tú no lo sabes,  nuca podrás saber de lo que eres capaz.