sábado, 16 de mayo de 2015

Bienvenido Mister Marshall

Bienvenido, Mister Marshall es una película española de 1953, dirigida por Luis García Berlanga y con José Isbert, Manolo Morán y Lolita Sevilla como actores principales. El filme, que es una crítica de la sociedad española de la época, fue reestrenado el 20 de diciembre de 2002 en Guadalix de la Sierra (Madrid), lugar en el que se rodó la película, con 25.260 espectadores y 39.346,58 € de recaudación.2 3 Además, como homenaje al centenario de la Gran Vía de Madrid, se proyectaron una decena de películas famosas, entre las que se encontraba ésta.4
Década de 1950. En el pueblo de Villar del Río los habitantes están contentos: los americanos, como llaman ellos a los estadounidenses, van a visitarles con ocasión de la presentación en España del Plan Marshall. Ese plan, iniciado en Estados Unidos en 1947, consistió en ayudar a países europeos a recuperarse tras la II Guerra mundial y frenar la expansión soviética. A partir de entonces, el día a día de los pueblerinos, del alcalde y del cura se centrará en preparar esa esperada visita. Una visita que nunca se producirá, ya que el Plan Marshall nunca llegaría a España.
Bienvenido, Mister Marshall es una película producida por UNINCI (lo que obligó a su director a incluir a Lolita Sevilla3 ), que, en tono de sátira y crítica soterrada, habla de la situación política y económica de España en la época del rodaje, hecho inédito en la filmografía española hasta ese momento. Se ha comentado que pasó la censura franquista por las dosis irónicas de xenofobia que contiene. Aunque otros consideran, como Kepa Sojo, autor del libro ¡Americanos, os recibimos con alegría! Una aproximación a Bienvenido Mister Marshall, que el régimen franquista no vio su carga crítica y la toleró para mostrar que no había censura.
Bienvenido, Mister Marshall es imprescindible en el cine español, considerada como obra maestra. Avalada por los premios cosechados en el Festival Internacional de Cine de Cannes (Mejor Comedia y Mención Especial por el guion) , la obra de Berlanga es una comedia costumbrista sobre la España de los años 1950. Son los años en que el Gobierno de los Estados Unidos pone en marcha el Plan Marshall para reconstruir la Europa Occidental de posguerra, ayudas de las que España quedó al margen. Berlanga retrata también el inicial aperturismo del régimen franquista hacia los países extranjeros, principalmente EE.UU.
La película es una mordaz carga de profundidad contra Estados Unidos, rematada con la escena censurada de la bandera estadounidense hundiéndose en la acequia, que escandalizó a Edward G. Robinson durante su proyección en Cannes. Kepa Sojo dice que fue debido a que Robinson, tras haber sido acusado de comunista se libró del Comité de Actividades Antiestadounidenses.6 Mientras el actor despotricaba contra «un ataque a EE.UU.», Berlanga intentaba jugar en el casino con unos dólares falsos con la cara de Pepe Isbert y Manolo Morán.
La película es una muestra de cómo era la España del momento, y los personajes representan los tipos característicos. Por un lado el poder, representado por el alcalde, el cura y las fuerzas vivas (boticario, hidalgo, comerciantes, maestra), y por otro el pueblo (casi todos agricultores y ganaderos). Desde el punto de vista social se ha captado la idiosincrasia; el hecho de que el alcalde esté algo sordo no es casual, el miedo al Delegado tampoco, que el cura sea algo cotilla, que la maestra esté soltera y necesite la ayuda del listillo de la clase... El papel subordinado de la mujer se refleja en su poca presencia, y la escasa intervención que por ejemplo tiene la tonadillera. El pueblo ha perdido el tren, y está abocado a su desaparición.3
De gran relieve es el pregón desde el Ayuntamiento, con Pepe Isbert y Manolo Morán en una actuación antológica y divertidísima. El pregón iniciado con la frase: "Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo os la voy a pagar" que se repite varias veces ha pasado a ser una de las citas míticas del cine español. Tan célebre es la frase que, desde 2011, se ha inmortalizado la figura de Pepe Isbert con una escultura en el mismo lugar del balcón del ayuntamiento de Guadalix de la Sierra desde donde se pronunció en la película.
Tanto Berlanga como Bardem cobraron 25.000 pesetas por la redacción del guión y cada uno de los niños que aparecen cobraban 25 pesetas por día de rodaje; lo aceptaban ya que recibían más que recogiendo patatas, 18 pesetas.1

En el año 2002, por idea del productor Enrique Cerezo, se reestrenó la película; junto a ella lo hizo el cortometraje El sueño de la maestra.7 Volvió a reestrenarse en 2015.8

Sección femenina de La Falange

La Sección Femenina de la Falange Española, conocida simplemente como Sección Femenina, fue constituida en 1934 como la rama femenina del partido político Falange Española (luego, durante el Franquismo, la FET de las JONS) y se disolvió en 1977, tras la muerte del General Franco y la consiguiente reforma de su régimen. Fue dirigida desde su constitución hasta su liquidación por Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, hermana de José Antonio, el fundador de Falange. Impregnada su Jefa Nacional de un ferviente catolicismo, la Sección Femenina adoptó las figuras de Isabel la Católica y Santa Teresa de Jesús como modelos de conducta y símbolos de su acción.
Durante la Segunda República española, las militantes de la Sección Femenina realizaron tareas de apoyo a la militancia masculina del partido, especialmente visitas a los presos del partido y a sus familias, así como tareas de enlace entre los presos y la calle (mensajes, consignas, etc.)
Durante la Guerra Civil española se dedicaron a prestar apoyo a las familias de los caídos del bando nacional en la lucha, además de sus tareas anteriores en la retaguardia republicana, y fueron progresivamente adquiriendo protagonismo en la retaguardia de las poblaciones conquistadas por los sublevados, organizando espontáneamente la asistencia básica a la población (ranchos de comida para los niños, ropa, sanidad, reparto de cartillas de racionamiento...), en competencia velada con el Auxilio de Invierno creado para estas funciones por Mercedes Sanz Bachiller. Su confirmación institucional les llegó en 1937, cuando el General Franco les entregó el control exclusivo del recién creado Servicio Social de la Mujer, émulo fascista del Servicio militar masculino y, como éste obligatorio.
En los primeros años del franquismo se consolidó su papel institucional, al serles encomendado el Auxilio Social (heredero del Auxilio de Invierno) y sobre todo, el control exclusivo de la formación femenina, centrada sobre todo en la instrucción de las jóvenes para ser buenas patriotas, buenas cristianas y buenas esposas.

Franco les llegó a ceder un Monumento Nacional, el Castillo de la Mota de Medina del Campo (Valladolid), como sede central de la Sección Femenina.

Falsas democracias

Llamamos "Democracia" a nuestro sistema político porque, en teoría, se inspira en aquella "Democracia" que floreció en Atenas, en el siglo V antes de Cristo, pero, en realidad, no existe semejanza alguna entre un sistema y otro, hasta el punto de que la utilización actual del término "Democracia" para denominar al sistema que nos gobierna es una auténtica "usurpación" cuyo único objetivo es robar para el actual sistema el prestigio y la imagen del régimen que inventó Pericles en Atenas.
Cuando afirmamos que "no existe ni una coincidencia" entre un régimen y el otro no exageramos sino que decimos una pura verdad científica. Allí mandaba el pueblo (demos), aquí los partidos; aquello era una verdadera democracia, mientras que esto es una partitocracia. Allí los cargos duraban poco, algunos un sólo día, y se sorteaban entre los ciudadanos, mientras aquí pueden durar legislaturas y hasta vidas enteras, mientras que el sorteo ha sido eliminado porque no interesa a los partidos. Allí las exigencias éticas y los controles de todo tipo a los electos eran terribles, mientras que aquí sólo se les exige obediencia y lealtad al lider y ni siquiera podemos exigir a nuestros representantes que sepan idiomas o que tengan estudios y principios morales. Allí se entendía la democracia como el gobierno de los ciudadanos y el sistema se basaba en los controles que la asamblea establecía para que los electos no se corrompieran, mientras que aquí ni existe la asamblea, ni los ciudadanos pueden controlar a los electos, ni los electos deben responder ante los ciudadanos.
En la democracia griega, todo cargo electo perdía su representación en el momento en que la asamblea dejaba de confiar en él, pero aquí los electos son inamovibles y entienden que, al haber sido elegidos por una legislatura, los ciudadanos tienen que soportarlos, hagan lo que hagan, durante todo ese periodo.
Pero lo más grave es que si uno analiza los textos clásicos (Tucídides, Jenofonte, Aristóteles, Platón y otros), descubre que el sistema griego era furiosamente "amateur", mientras que el nuestro es cada día más "profesional, con gente acostumbrada a "vivir de la política" que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de no abandonar los privilegios y ventajas del cargo. El sistema griego estaba ideado para evitar que ocurriera precisamente lo que ocurre en nuestras falsas democracias actuales: que el poder dejara de ser del "pueblo" (demos) y pasara a ser controlado por los poderosos (oligo), que la democracia se transformara en oligocracia.
Para evitar la temida oligocracia, los griegos crearon un ferreo sistema de controles basado en cargos elegidos por sorteo, que tenían una duración muy corta y con los electos pagados por la comunidad y vigilados muy de cerca por el pueblo para que se mantuvieran pulcros.
Cuando los filósofos de los siglos XVII y XVIII idearon la democracia moderna, quisieron "copiar" el sistema griego y establecieron controles teóricamente férreos, también para evitar la oligocracia. Aquellos controles eran, entre otros, una sociedad civil fuerte, separada del gobierno y bien articulada, con poder suficiente para servir de "contrapeso" al Estado; la separación estricta de los poderes básicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) que debían ser independientes y vigilarse mutuamente; unos partidos políticos situados a mitad de camino entre el pueblo y el gobierno y una prensa libre y crítica autorizada por la ciudadanía para que ejerciera control y fiscalizara a los poderes públicos.
Hoy no queda en pie ni uno sólo de aquellos antiguos controles. Los partidos políticos los han dinamitado y nuestra democracia es ya una auténtica oligocracia de partidos y políticos profesionales: la sociedad civil está invadida por el gobierno y por los partidos, que controlan a sus grandes pilares (universidades, medios de comunicación independientes, sindicatos, fundaciones, asociaciones, cajas de ahorro, etc.) a través de subvenciones y contratos, cuando no con sillones de políticos sentados en sus consejos y patronatos; los poderes básicos del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) están ferreamente controlados por los partidos, que ni siquiera se ruborizan a la hora de nombrar magistrados o de imponer a los parlamentarios electos la lealtad al partido por encima de la lealtad a los electores; los partidos políticos han dejado de estar "a mitad de camino" y se han incorporado al Estado, abandonando al pueblo; la mayoría de los medios de comunicación están bajo control del poder político o, lo que es peor, han tomado partido por uno u otro bando, abandonado al ciudadano; por último, el papel de la ciudadanía ha quedado devaluado y el ciudadano señor de la democracia griega, es apenas un fantoche en nuestras falsas democracias modernas, sin capacidad de exigir a los electos y sin poder para ejercer controles ciudadanos, que han sido suprimidos, sin que la colectividad pueda ya ni siquiera castigar a los políticos corruptos, que siempre encuentran cobijo y amparo en sus formaciones políticas.
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viernes, 20 de marzo de 2015

Comentario crisis económica de España

Se conoce como crisis económica española, al deterioro que ese año se empezó a advertir en los principales indicadores macro económicos y cuyas consecuencias se han extendido en el tiempo hasta la actualidad, no sólo en el plano económico sino también en el político y el social.

El origen de esta crisis, enmarcada en el contexto de una crisis económico-financiera a nivel mundial, gira en torno al fuerte ajuste de la industria de la construcción tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La drástica disminución del crédito a familias y pequeños empresarios por parte de los bancos y las cajas de ahorros, algunas políticas de gasto inadecuadas llevadas a cabo por el gobierno central, el elevado déficit público de las administraciones autonómicas y municipales, la corrupción política, el deterioro de la productividad y la competitividad y la alta dependencia del petróleo son otros de los problemas que también han contribuido al agravamiento de la crisis.


Consecuencias económicas: Entre las consecuencias económicas de la crisis destacan un fuerte aumento del paro, el paso por sendos periodos de recesión y deflación y el temor a un rescate por parte de la Unión Europea.


Consecuencias políticas: Los efectos de la crisis económica empezaron a evidenciarse al inicio del segundo mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras negar la crisis en sus comienzos, y después de invertir enormes cantidades de dinero público en planes de choque contra la crisis (inyección de 100.000 millones de euros en avales para la banca, 50.000 millones de euros en el denominado Plan-E), Zapatero se vio obligado a tomar medidas económicas alejadas del programa electoral con el que concurrió a las elecciones:congelación de pensiones, reducción del salario de los empleados públicos, retirada de medidas estrella de la legislatura anterior (cheque-bebé, deducción de 400 euros en el IRPF),además de una reforma laboral que provocó el rechazo sindical y patronal y que condujo a una huelga general.

Comentario fraude electoral

El fraude electoral es la intervención ilícita de un proceso electoral con el propósito de impedir, anular o modificar los resultados reales. Son acciones que atentan contra la legalidad de la democracia.

El pucherazo era uno de los métodos de manipulación electoral usados principalmente durante el periodo de la Restauración borbónica en España para permitir la alternancia pactada previamente entre el Partido Liberal y el Partido Conservador, es decir, el turnismo, dentro del modelo de dominación política local (sobre todo en las zonas rurales y las ciudades pequeñas) conocido como caciquismo. Para llevar a cabo la manipulación, se guardaban papeletas de votación (por ejemplo en pucheros, de donde viene la denominación que se popularizó), y se añadían o se sustraían de la urna electoral a conveniencia para el resultado deseado. Otros métodos consistían en la colocación de las urnas en lugares de imposible acceso o la manipulación de las votaciones con lázaros (votos de fallecidos que, al menos sobre el papel resucitaban como el Lázaro de los Evangelios) y cuneros (electores que se inscribían irregularmente en una circunscripción que no les correspondía). En los periodos posteriores de la historia electoral española, el nombre de pucherazo siguió empleándose como sinónimo de fraude electoral.

Cánovas y Sagasta se turnan en poder y desde él manipulan el proceso electoral para facilitar la próxima victoria de su oponente.
Tras decidir que candidatos deben salir elegidos en cada circunscripción electoral, el ministro de la Gobernación transmite las órdenes oportunas a los gobernadores civiles, éstos a los alcaldes y éstos finalmente al cacique que en cada pueblo debe para desplegar todos los mecanismos de influencia sobre la población. Esta caricatura hace énfasis en que, en el último momento, todo dependía del cacique, que era quien detentaba el verdadero poder a nivel local para decidir el resultado de las elecciones, incluso más que el propio ministro.


Sagasta representado como el gran manipulador electoral. Llevado en procesión por los diputados sobre un gran embudo (representa los votos que han de pasar a las urnas y los que no), custodiado por un guardia civil y un matón al servicio del sistema electoral y seguido por una procesión de votantes que a la fuerza , incluidos varios lázaros, son llevados a votar mientras a los candidatos de los partidos que están fuera del sistema (con bandas rojas) como republicanos, socialistas, carlistas, nacionalistas y otros se los lleva detenidos para evitar que voten o hagan campaña.
El resultado final: la alternancia pacífica de los partidos dinásticos desde 1885 y la exclusión de los demás partidos, a los que se les permite una presencia testimonial en las Cortes. Incluso hoy en día se dan situaciones de fraude
elec
toral.